La
Educación Infantil es la etapa educativa que atiende a
niñas y niños desde el nacimiento hasta los seis años con la
finalidad de contribuir a su desarrollo físico, afectivo, social e
intelectual. Se ordena en dos ciclos: el primero comprende hasta los tres años;
el segundo, que es gratuito, va desde los tres a los seis años de edad.
Teniendo carácter
voluntario, este segundo ciclo se ha generalizado en toda España, de modo
que en la actualidad prácticamente el 100% de los niños y niñas de 3 a 6 años
acuden al colegio de manera gratuita. La escolarización temprana se considera
un gran logro que incidirá positivamente en la mejora del rendimiento escolar
futuro, por eso otras iniciativas como el Programa Educa 3 fomentan ahora la
creación de nuevas plazas educativas para niños de menos de 3 años.
En los dos ciclos
de la Educación Infantil se atiende progresivamente al desarrollo afectivo, al
movimiento y a los hábitos de control corporal, a las manifestaciones de la
comunicación y del lenguaje, a las pautas elementales de convivencia y relación
social, así como al descubrimiento de las características físicas y sociales
del medio. Además se propicia que niñas y niños logren una imagen
positiva y equilibrada de sí mismos y adquieran autonomía personal.
La Educación Infantil (no
confundir con Educación Preescolar) es el primer nivel
educativo en el sistema español. Precede a la educación primaria, también llamada educación
básica, y no tiene carácter obligatorio. Se legislan sus enseñanzas a partir de
la LOE en los siguientes títulos y artículos:
·
Título I
capítulo I, artículos 12, 13, 14 y 15.
·
Título
III, capítulo II, artículo 92 (sobre el profesorado especialista en las
enseñanzas de la Educación infantil).
A partir de la LOE el Real
Decreto 1630/06 de 29 de diciembre regula las enseñanzas mínimas del segundo
ciclo de infantil en todo el Estado y es completado por los distintos
Decretos de Educación Infantil de las Comunidades Autónomas con competencias en
educación. El Real Decreto 1630/06 deroga el Real Decreto 1330/91, el Real
Decreto 828/2003, el Real Decreto 2438/1994 y todas las leyes de igual o
inferior rango. Se está desarrollando una nueva propuesta de Real Decreto para
el primer ciclo.
Surgió en la década de 1990,
cuando las nuevas reformas de la LOGSE establecieron
la necesidad de ampliar la educación formal a la población de hasta seis años
de edad aunque ésta no fuese de carácter obligatorio. Para ello se sustentó en
la pedagogía progresista de autores como Célestin Freinet u Ovide Decrol y conocida
como Escuela Nueva. Su objetivo principal es
«contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños»
(LOE Art. 12.2) y parte de una serie de principios elementales:
·
El
enfoque globalizador. Éste se convierte en eje vertebrador de esta etapa
por adaptarse a la manera en que descubre y conoce el alumnado de estas edades.
·
El juego
como motor de desarrollo humano. Se propone no separar juego de trabajo porque
el juego en sí mismo es una de las mejores formas que tiene el niño de
aprender.
·
El
principio de actividad.
·
Los
espacios y tiempos dentro del escenario educativo.
·
Promover
aprendizajes significativos en el alumnado y partiendo de las ideas que ya
poseen. Por ello es esencial conocer el pasado pedagógico de cada alumno y
saber cómo va a enfrentarse a cada nuevo aprendizaje.
·
La
importancia de la atención a la diversidad (sobre todo en sociedades como las
actuales) y la coordinación con las familias.
Con la promulgación de la
siguiente ley a la LOGSE, la Ley Orgánica de Calidad de la
Educación esta etapa no sufriría cambios significativos
exceptuando en el primer ciclo (que perdía gran parte de su carácter educativo
primando lo asistencial y denominándose "Educación preescolar"). La
Educación Infantil pasaría a ser una etapa de ciclo único en la que se
enfatizaba el aprendizaje de la lectoescritura, las destrezas matemáticas, el uso
de las TIC y la iniciación a partir de cinco años en lengua extrajera. Tras su
derogación la LOE retomó la estructura original de la etapa pero se mantuvo el
énfasis en la lectoescritura y las competencias en TIC y lengua extranjera.
Fundamentación
La Educación Infantil
considera al niño como un ser con características especiales, propias, en una
etapa particular de desarrollo,(o sigueindo a Piaguet dos etadios: el
sensioromotor y el preoperacional después), y que han de conocerse. Así lo
ponen en valor como un ser unitario biológica, psíquica y socialmente,
diferente e irrepetible, que está en veloz y continuo desarrollo, que dentro de
su desarrollo construye de manera activa y que es sexuado. Todo ello contrasta
con las consideraciones tradicionales que se hacían del niño pequeño.
Propósitos: 1) Ser persona y sujeto social. 2) Saber respetar y valorar el
orden constitucional y la vida democrática. 3) Saber respetar los derechos
humanos y conservar el medio ambiente. 4) Saber razonar y actuar normalmente.
Estos contenidos están
orientados a los alumnos para que construyan activamente las capacidades
intelectuales para operar sobre símbolos, ideas, imágenes, representaciones,
conceptos y otras abstracciones que constituyan en el campo del saber y del saber
razonar. También se ha tenido en cuenta el saber hacer, es decir aquellas
capacidades que apoyándose en conocimientos intelectuales y valorativos se
despliegan en habilidades comunicativas, tecnológicas y organizacionales. Y
como base de todo ello los contenidos que promueven el desarrollo de los
valores y actitudes, lo que podemos denominar «el saber del ser».
De esta manera el saber,
saber razonar, saber ser, organizan la propuesta de los contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales para el desarrollo de las
capacidades personales y sociales que la escuela debe promover para permitir a
los jóvenes participar como miembros plenos de una sociedad que, junto con
ellos, recupera y mejora la calidad de vida de todos sus miembros.
Aprendizaje
infantil
Las personas cuentan con dos
sistemas para reunir o sintetizar la información que recibe de su entorno. El
primero se ocupa de los rasgos universales la sociedad, el mundo y la Ecología;
el segundo consiste en la manera de solucionar los problemas de forma
consciente y que permite apreciar muchos de los cambios sutiles de ambiente.
Enfocado en esto, los sistemas educativos pueden solventar la brecha que existe
entre la predisposición cognitiva innata de los Alumnos y
los objetivos de la institución educativa o los tutores responsables de los
infantes.
Desde el nacimiento, los
bebés poseen una predisposición a atender de manera más eficaz a los estímulos
visuales simples, con semejanzas al rostro humano. Estos rasgos físicos captan
su atención, lo cual desarrolla más fácilmente el Vínculo materno y
paterno filial. Estos elementos resultan de crucial importancia para la
supervivencia y a lo largo de miles de generaciones se mantienen inalterados y
son un punto de anclaje para la Cognición humana;
pues se encargan de mantener expectantes a los niños hacia los aspectos
predecibles de la vida y permiten sintetizar y procesar la información de
manera automática. Los humanos necesitan enfrentarse a los cambios repentinos
del medio (Cuando las perspectivas reproductivas o de supervivencia del
individuo corren peligro) de maneras creativas, es entonces cuando el sistema
automático puede transformarse en un obstáculo y el individuo se ve obligado a
resolver estas problemáticas de manera consiente.
El
niño del periodo de cero a seis años
El bebé nace dotado de
reflejos innatos que le ayudan a sobrevivir. Con el paso del tiempo los
movimientos se convertirán en conscientes.
La especificidad de la infancia como
etapa de la vida del ser humano ha puesto de manifiesto la necesidad de
estudiarla. Así, se ha establecido al niño en su primera infancia como un
persona con una serie de capacidades encaminadas al desarrollo y, por lo tanto,
con un altísimo valor desde el punto de vista de la psicopedagogía.
Si bien es esencial entender este desarrollo como un proceso constructivo en el
que el papel del niño es activo no se puede olvidar que la estimulación física
y social de adultos e iguales va a promover este desarrollo.
Al nacer, la cría humana se
encuentra más desvalida y menos desarrollada que en el resto de los mamíferos.
La herencia y el calendario evolutivo de nuestra especie es el punto de partida
que posibilita el desarrollo humano. Así, el bebé nace dotado de reflejos
innatos que el tiempo y sobre todo la estimulación e interacciones con los
demás va a convertir poco a poco en movimientos voluntarios. Muchas serán las
capacidades que se desarrollarán a lo largo de estos primeros años y algunas
serán esenciales como el lenguaje y la capacidad de simbolización. Éstas
comenzarán a aparecer cuando el niño vive exclusivamente en familia y
continuarán afianzándose o ampliándose a lo largo de la primera escolaridad del
niño.
Por ello la estimulación que
puedan dar los padres, los iguales y los educadores en estas edades va a
mediatizar el correcto asentamiento de las capacidades. Numerosos estudios
demuestran que las experiencias de los primeros cinco años de vida son las que
marcan el desarrollo cognitivo e intelectual a lo largo de la vida.
A partir de ello psicólogos
y educadores han caracterizado al niño como persona que constituye una unidad
integrada en todas sus facetas.10 Pero
más allá de ello se le considera como un ser único y diferente de los demás,
que a lo largo de su infancia va a estar en desarrollo continuo, con capacidad
para intervenir en su entorno físico y social y por lo tanto para construir. Su
dimensión sexual también es contemplada.
En lo que respecta a los dos
ciclos de Educación Infantil las características principales del alumnado son:
Primer ciclo. El niño
comienza a adquirir una importante autonomía motora sobre todo al finalizar el
ciclo. Domina las reglas de comunicación verbal pues ha desarrollado su capacidad
simbólica. El lenguaje permite que las relaciones con los demás niños y adultos
se amplíen sustancialmente. Los hábitos adquiridos en casa y en el centro se
van afianzando.
Segundo ciclo. El niño ya
comienza a ser autónomo y continuo su periodo de adaptación, tan importante
para su bienestar en la escuela. Este periodo comprende desde los 0 a 6 años,
pero es en esta etapa (segundo ciclo de infantil) cuando más se debe trabajar
esta adaptación en los centros infantiles. Los niños y niñas se sienten desubicados,
pueden sentir abandono, tristeza.... por ello se debe trabajar en las escuelas,
y más en concreto en las aulas, para trabajar por la adaptación de los alumnos
para así poder tener un periodo escolar feliz y agradable. Con respecto al
lenguaje, este se ha consolidado y gracias a él puede regular su conducta y
descentrarse de lo inmediato. Las relaciones con los demás han posibilitado que
la imagen que tiene de sí mismo y la autoestima se
desarrollen. Por ello despegue del niño suele producirse ya en torno a los tres
años de edad, con el frecuente ingreso en este ciclo. Así, se producen avances
en la mayor parte de aspectos mentales del niño (lenguaje sobre todo, pero
también expresión, autonomía general, psicomotricidad, imagen corporal,
aptitudes relacionales…) que comenzarán a afianzarse con el trato igualitario
con los compañeros de clase y una intervención pedagógica adecuada. Por lo
tanto, la función principal del centro de Educación Infantil será la de
estimular este desarrollo del niño en todas sus potencialidades, tanto las
capacidades, como la moral autónoma y los hábitos.
La educación infantil ha
cambiado en los últimos cinco años más que en los 50 años anteriores y se
prevén nuevos cambios ¿Por qué está sufriendo la educación infantil tal
transformación y reforma? en primer lugar ha habido un incremento enorme en el
conocimiento científico sobre los niños y en la forma en lo que estos aprenden.
Este nuevo conocimiento anima a los profesionales de la educación a ver a los
niños de forma diferente y al darse cuenta de que son más capaces de aprender a
una edad temprana. Con esto el público reconoce que cada vez más la importancia
de los primeros años en el aprendizaje y en el desarrollo a temprana edad.